Fecha
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Tiempo Litúrgico
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Cita Bíblica
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18 de Mayo
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V de Pascua
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Jn 14, 1 – 12
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25 de Mayo
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VI de Pascua
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Jn 14, 15 – 21
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01 de Junio
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VII de Pascua
Ascención del Señor
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Mt 28, 16 – 20
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08 de Junio
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Pentecostés
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Jn 20, 19 – 23
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15 de Junio
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Santísima Trinidad
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Jn 3, 16 – 18
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22 de Junio
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Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
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Jn 6, 51 – 58
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29 de Junio
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San Pedro y San Pablo
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Mt 16, 13 – 19
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06 de Julio
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XIV Tiempo Ordinario
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Mt 11, 25 – 30
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13 de Julio
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XV Tiempo Ordinario
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Mt 13, 1 – 23
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20 de Julio
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XVI Tiempo Ordinario
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Mt 13, 24 - 43
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martes, 20 de mayo de 2014
Evangelio Dominical II Bimestre 2014
¿Qué significa ser creado a imagen y semejanza de Dios?
Creado a
imagen y semejanza de Dios. ¿Cuántas veces hemos oído esta frase?¿y cuántas
hemos reflexionado sobre su significado? Monseñor Martinelli explica en esta
síntesis el alcance de estas palabras.
¿Dónde
se fundamenta la afirmación: “soy creado a imagen y semejanza de Dios (Imago
Dei)”?
Se
fundamenta en la Biblia. De hecho en las primeras páginas leemos: “Dios creó al
hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gn 1,
27).
¿Cuándo
el hombre comienza a ser Imagen de Dios?
Inicia
desde el primer momento de su concepción. Tal dignidad está por tanto presente
en cada fase de la vida humana. La Iglesia anuncia esta verdad non sólo con la
autoridad del Evangelio, sino también con la fuerza que deriva de la razón, y
por esto siente el deber de llamar la atención a todo hombre de buena voluntad,
en la certeza que la acogida de esta verdad non puede menos que ayudar a cada
individuo en la sociedad.
¿De
dónde le viene al hombre el ser Imagen de Dios?
§ Viene de
Dios. Es Dios mismo quien hace este don especial al hombre. El hombre lo recibe
gratuitamente. No es por tanto una conquista humana o una obra del hombre.
§ Al
hombre le corresponde:
§ reconocer
tal don;
§ agradecer
al Donante, Dios;
§ manifestar
y hacer crecer en su vida los frutos de tal don;
§ testimoniar
con valentía, en el propio actuar cotidiano, el ser a imagen de Dios.
¿Qué
cosa significa: Dios nos ha creado a su imagen?
§ Decir
que Dios nos ha creado a su imagen significa que:
§ El ha
querido que cada uno de nosotros manifieste un aspecto de su esplendor
infinito;
§ El tiene
un proyecto sobre cada uno de nosotros;
§ cada uno
de nosotros está destinado a entrar, por un itinerario que es propio, en la
eternidad feliz. La criatura es imagen de Dios por el hecho de que participa de
la inmortalidad –no por su naturaleza, sino como don del Creador.
La orientación a la vida eterna es lo que hace al hombre el correlativo creado por Dios.
La orientación a la vida eterna es lo que hace al hombre el correlativo creado por Dios.
§ La
dignidad del hombre no es algo que se impone a nuestros ojos, no es mensurable
ni se puede cualificar, escapa a los parámetros de la razón científica o
técnica; sin embargo nuestra civilización, nuestro humanismo, no han progresado
sino en la medida en que esta dignidad ha sido universal y plenamente
reconocida siempre más personas” (Card. Joseph Ratzinger, Discurso
al Consejo Pontificio para la Pastoral de la salud, 28 de noviembre 1996).
¿En qué
sentido el hombre es creado a “Imagen de Dios”?
“El
hombre es creado a imagen de Dios en el sentido de que es capaz de conocer y de
amar, en la libertad, al propio Creador. Es la única criatura, sobre esta
tierra, que Dios ha querido por sí misma y que ha llamado a participar, por el
conocimiento y el amor, de su vida divina. El, en cuanto creado a imagen de
Dios, tiene la dignidad de persona: no es cualquier cosa, sino alguien, capaz
de conocerse, de donarse libremente y de entrar en comunión con Dios y con las
otras personas” (Compendio del Catecismo, n. 66).
¿Cuáles
dimensiones de la persona implica el ser creado a Imagen de Dios?
§ Implica
todo el hombre y cada hombre.
§ En
particular:
§ su
dignidad;
§ la
unidad de su cuerpo y alma;
§ su ser
hombre o mujer;
§ su
relación con Dios, consigo mismo, con las otras personas, con el mundo.
§ Es, por
tanto, el hombre en su totalidad que ha sido creado a imagen y semejanza de
Dios. La Biblia presenta una visión del ser humano en la cual la dimensión
espiritual es vista junto a la dimensión física, social e histórica del hombre.
¿En qué
modo el ser a imagen de Dios implica la dignidad del hombre?
§ Implica
su dignidad en cuanto que constituye su fundamento. El hombre encuentra el
fundamento último de su propia dignidad propiamente en su ser creado a imagen
de Dios.
§ La
dignidad del hombre, de hecho:
§ no se
identifica con los genes de su ADN;
§ no
depende de su tener o de su capacidad de hacer, tanto menos de su pertenencia a
una raza, cultura o nación;
§ no
disminuye a causa de la eventual presencia de diversidad física o de defectos
genéticos.
§ El
fundamento de la auténtica y plena dignidad, ínsita en cada hombre, está en su
ser creado a imagen y semejanza de Dios. “La dignidad de la persona humana se
radica en la creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de alma espiritual e
inmortal, de inteligencia y de libre voluntad la persona humana está ordenada a
Dios y llamada, con su alma y su cuerpo, a la felicidad eterna” (Compendio del
Catecismo, n. 358).
§ Tal
dignidad así fundamentada, distingue al hombre esencialmente de todos los demás
seres creados (por eso se habla de diferencia ontológica en el plano del ser y
no sólo en el plano funcional del actuar- entre los seres humanos y el resto
del mundo). La Biblia pone en evidencia esta diferencia ya desde las primeras
páginas, cuando afirma que Dios, después de haber creado las cosas de este
mundo, dice: “Y Dios vio que era cosa buena” (Gn 1, 26), pero,
después de haber creado al hombre, exclama: “Dios vio cuanto había hecho, y he
ahí que, era algo muy bueno” (Gn 1, 31).
¿Cómo se
relacionan en el hombre el ser imagen de Dios con su comunión con dios?
§ El ser
creado a imagen de Dios es el fundamento de la orientación del hombre hacia
Dios. De hecho sobre esta semejanza radical al Dios uno y trino es que se
fundamenta la posibilidad de la comunión del hombre con la Santísima Trinidad.
Así lo ha querido Dios mismo. El Dios uno y trino ha querido de hecho compartir su comunión trinitaria con personas creadas a su imagen. Aún más, es por esta comunión trinitaria que el hombre ha sido creado a imagen de Dios. Es fin del hombre por tanto conocer, amar y servir a Dios en esta vida y gozar de El en la otra vida, y amar al prójimo como Dios lo ama.
Así lo ha querido Dios mismo. El Dios uno y trino ha querido de hecho compartir su comunión trinitaria con personas creadas a su imagen. Aún más, es por esta comunión trinitaria que el hombre ha sido creado a imagen de Dios. Es fin del hombre por tanto conocer, amar y servir a Dios en esta vida y gozar de El en la otra vida, y amar al prójimo como Dios lo ama.
§ “Creado
a imagen de Dios, el hombre expresa la verdad de su relación con Dios creador
también mediante la belleza de sus propias obras artísticas” (Catecismo de la
Iglesia Católica, n. 2501).
¿También
el cuerpo participa de tal imagen de Dios?
§ Sí, el
mismo cuerpo, como parte intrínseca de la persona, participa desde su creación
de la imagen de Dios.
§ En la fe
cristiana:
§ es el
alma que es creada a imagen de Dios;
§ pero,
porque el alma es la forma substantialis del cuerpo, la persona
humana en su totalidad posee la imagen divina en una dimensión tanto espiritual
como corpórea;
§ el
hombre non tiene su cuerpo, sino que es también su cuerpo;
§ el
hombre es considerado en su totalidad, en su unidad; es espíritu encarnado, es
decir alma que se expresa en el cuerpo y cuerpo que es informado por un
espíritu inmortal;
§ la
corporeidad es por tanto esencial a la identidad personal;
§ la
afirmación de la resurrección del cuerpo, al fin del mundo, hace entender cómo
el hombre exista también en la eternidad, después de la muerte, como persona
física y espiritual completa.
§ La fe
cristiana afirma por tanto claramente la unidad del ser humano y comprende la
corporeidad como esencial a la identidad personal sea en esta vida como en la
otra.
¿Por qué
la imagen de Dios se manifiesta también en la diferencia de sexos?
§ Porque
el ser humano existe solamente como varón o como hembra, y esta diferencia
sexual, lejos de ser un aspecto accidental o secundario de la personalidad, es
un elemento constitutivo de la identidad personal. Por tanto también la
dimensión sexual pertenece al ser imagen de Dios. Hombre y mujer son igualmente
creados a imagen de Dios, aún cuando cada uno lo es en forma propia y peculiar.
Por esto la fe cristiana habla de reciprocidad y complementariedad entre los
sexos.
§ Creados
a imagen de Dios, los seres humanos están llamados al amor y a la comunión.
Porque esta vocación se realiza en modo peculiar en la relación
unitivo-procreativa entre marido y mujer, la diferencia entre hombre y mujer es
un elemento esencial en la constitución de los seres humanos hechos a imagen de
Dios. “Dios creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; macho y
hembra los creó.” (Gn 1, 27; cfr. Gn 5, 1-2). Según la
Escritura, por tanto, la imago Dei se manifiesta, desde el inicio, también en
la diferencia entre los sexos.
§ “La
sexualidad ejercita una influencia sobre todos los aspectos de la persona
humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Esa concierne particularmente
la afectividad, la capacidad de amar y de procrear, y, en modo más general, la
actitud para establecer relaciones de comunión con los otros” (Catecismo de la
Iglesia Católica, n. 2332).
§ Los
roles atribuidos a uno y otro sexo pueden variar en el tiempo y en el espacio,
pero la identidad sexual de la persona no es una construcción cultural o
social. Pertenece al modo específico en que existe la Imago Dei.
§ Esta
especificidad sexual es reforzada por la Encarnación del Verbo. El ha asumido
la condición humana en su totalidad, asumiendo un sexo, pero llegando a ser
hombre en ambos sentidos del término: como miembro de la comunidad humana y
como ser de sexo masculino (CTI, n. 34).
§ Además
la encarnación del Hijo de Dios y la resurrección de los cuerpos al final de
los tiempos extienden también a la eternidad la identidad sexual originaria de
la Imago Dei.
¿Por qué
el ser imagen de dios implica también nuestra relación con las otras personas?
§ Precisamente
porque Dios es Trinidad, comunión de tres Personas en la única naturaleza
divina, también la persona, creada a imagen de Dios, es también capaz de
relación con las otras personas, es un ser que:
§ tiene
una orientación fundamental hacia las otras personas;
§ está
llamado a formar con ellos una comunidad.
§ “El ser
humano es por tanto verdaderamente humano en la medida en que actualiza el
elemento esencialmente social en su constitución, en cuanto persona dentro de
grupos familiares, religiosos, civiles, profesionales y de otro género, que
juntos forman la sociedad circundante a la cual pertenece” (CTI, n. 42).
§ El
matrimonio constituye una forma elevada de comunión entre las personas humanas
y una de las mejores analogías de la vida trinitaria. Aún más “el primer
ejemplo de esta comunión es la unión procreativa del hombre y de la mujer, que
refleja la comunión creativa del amor trinitario” (CTI, n. 56). Cuando un
hombre y una mujer unen su cuerpo y su espíritu en una actitud de total
apertura y donación de sí, forman una nueva imagen de Dios. Su unión en una sola
carne no responde simplemente a una necesidad biológica, sino a la intención
del Creador que les conduce a compartir la felicidad de ser hechos a su imagen
(cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2331).
§ La misma
humanidad, en su dignidad originaria (de la cual es símbolo Adán), está hecha a
imagen de la divina Trinidad.
“Todos los hombres forman la unidad del género humano, por el común origen que tienen de Dios. Dios, además, ha creado “de uno solo todas las naciones de los hombres” (Hch 17, 26). Todos, además, tienen un único Salvador y están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios” (Compendio del Catecismo, n. 68).
“Todos los hombres forman la unidad del género humano, por el común origen que tienen de Dios. Dios, además, ha creado “de uno solo todas las naciones de los hombres” (Hch 17, 26). Todos, además, tienen un único Salvador y están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios” (Compendio del Catecismo, n. 68).
¿Cómo el
ser a imagen de dios implica también nuestra relación con las cosas creadas?
§ El ser
creados a imagen de Dios es el fundamento:
§ de
nuestra relación con las cosas creadas;
§ de
nuestra superioridad sobre el mundo visible, en cuanto es el único que ha sido
creado a imagen y semejanza de Dios;
§ de
nuestra participación en el gobierno divino de la creación.
¿De qué
manera el hombre participa del señorío de Dios sobre el mundo?
§ Participar
del señorío de Dios sobre el mundo significa que el hombre:
§ ejerce
tal señorío sobre la creación visible sólo en virtud del privilegio que Dios le
ha conferido;
§ reconoce
en Dios el creador de todo, y rinde alabanza y da gracias por el don de la
creación glorificando el nombre de Dios;
§ no es el
señor principal sobre el mundo. Dios, el creador del mundo, es el Señor por
excelencia sobre el mundo. El hombre es un señor subordinado (señorío
ministerial y subordinado);
§ es
designado por Dios para ser su colaborador, administrador. El hombre está
llamado por Dios a ejercitar, en nombre de Dios mismo, una administración
responsable sobre el mundo creado. Tal administración “debe medirse con la
solicitud por la calidad de vida del prójimo, comprendida la de las
generaciones futuras, y exige un religioso respeto de la integridad de la
creación” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2415);
§ en
cuanto administrador, debe dar cuentas de su gestión, y Dios juzgará sus
acciones.
§ Tal
señorío se realiza en el respeto hacia la creación: el hombre, como imagen de
Dios, no es un dominador del mundo. La administración humana del mundo creado
es en cambio un servicio realizado mediante la participación del gobierno
divino. “Los seres humanos realizan tal servicio adquiriendo un conocimiento
científico del universo, ocupándose responsablemente del mundo natural (incluso
los animales y el ambiente) y salvaguardando su integridad biológica” (CTI, n.
61).
§ El mismo
trabajo humano “proviene inmediatamente de personas creadas a imagen de Dios y
llamadas a prolongar, las unas con las otras y para las otras, la obra de la
creación” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2427), colaborando con Dios
creador.
¿Cuál es
la relación entre el ser a imagen de dios y la ley natural?
§ Creando
al hombre a su imagen, Dios ha puesto en la intimidad de la conciencia humana
una ley, que “la tradición llama ley natural. Tal ley es de origen divino, y la
conciencia que el hombre tiene de ella, es esa misma participación de la ley
divina” (CTI, n. 60).
Y el Compendio del Catecismo afirma al respecto: “La ley natural, inscrita por el Creador en el corazón de cada hombre, consiste en una participación de la sabiduría y de la bondad de Dios y expresa el sentido moral originario, que permite al hombre discernir, por medio de la razón, el bien y el mal. Esa es universal e inmutable y pone la base de los deberes y de los derechos fundamentales de la persona, igualmente los de la comunidad humana y de la misma ley civil” (n. 416).
Y el Compendio del Catecismo afirma al respecto: “La ley natural, inscrita por el Creador en el corazón de cada hombre, consiste en una participación de la sabiduría y de la bondad de Dios y expresa el sentido moral originario, que permite al hombre discernir, por medio de la razón, el bien y el mal. Esa es universal e inmutable y pone la base de los deberes y de los derechos fundamentales de la persona, igualmente los de la comunidad humana y de la misma ley civil” (n. 416).
¿Todos
perciben la ley natural?
“A causa
del pecado, la ley natural no siempre y no por todos es percibida con igual
claridad e inmediatez” (op. cit. n. 417).
Por esto Dios “ha escrito sobre las tablas de la Ley cuanto los hombres no lograban leer en sus corazones” (San Agustín).
Por esto Dios “ha escrito sobre las tablas de la Ley cuanto los hombres no lograban leer en sus corazones” (San Agustín).
¿Cuáles
consecuencias ha provocado y provoca el pecado en el ser del hombre a imagen de
Dios?
§ El
pecado no destruye, no anula la imagen de Dios en el hombre. El hombre es
imagen de Dios en cuanto hombre. Y mientras es hombre, es un ser humano a
imagen de Dios. La imagen divina está conectada con la esencia humana en cuanto
tal, y no está en poder del hombre destruirla completamente.
§ El
pecado, según su gravedad objetiva y la responsabilidad subjetiva del hombre,
desfigura la imagen de Dios en el hombre, la hiere, la ofusca. Y porque el
pecado es como una herida de la imagen de Dios en el hombre, hiere, ofusca al
hombre:
§ en su
dignidad, provocando una división en su interior entre cuerpo y espíritu, conocimiento
y voluntad, razón y emociones;
§ en su
relación con Dios, consigo mismo, con los demás, con la creación.
§ Herido
por el pecado, el hombre está necesitado de salvación. Y Dios infinitamente
bueno, le ofrece tal salvación nada menos que en Su Hijo Unigénito Jesucristo,
el cual libera, resana la herida del hombre mediante su Muerte y Resurrección.
§ La
mancha que el pecado imprimió en la Imago Dei, con sus inevitables
consecuencias negativas en la vida personal e interpersonal, es borrada por la
Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
¿Cuál
modelo tiene el hombre en la realización de su ser a imagen de Dios?
§ Ante
todo el hombre se comprende plenamente a sí mismo, y sobretodo su ser a imagen
de Dios, sólo a la luz de Cristo. “En realidad solamente en el misterio del
Verbo encarnado encuentra la verdadera luz el misterio del hombre. Adán, de
hecho, el primer hombre, era figura de Aquel futuro, es decir de Cristo Señor.
Cristo, que es el nuevo Adán, mientras revela el misterio del Padre y de su
amor, desvela también plenamente el hombre al hombre y le hace nota su altísima
vocación” (Concilio Vaticano ii, Gaudium et Spes, n. 22).
§ El
misterio del hombre se aclara por tanto sólo a la luz de Cristo, que es imagen
perfecta “del Dios invisible, generado antes de toda criatura” (Col 1, 15)
y que nos introduce, mediante el Espíritu Santo, en una participación al
misterio de Dios uno y trino. “Qué cosa signifique ser creados a imago Dei nos
es por tanto plenamente revelado sólo en la Imago Christi” (CTI, n. 53).
§ “Dios Padre
nos llama a ser «conformes a la imagen de su Hijo» (Rm 8, 29), mediante la
obra del Espíritu Santo, el cual obra en modo misterioso en todos los seres
humanos de buena voluntad, en la sociedad y en el cosmos, para transfigurar y
divinizar los seres humanos. Además el Espíritu Santo obra a través de los
sacramentos, en particular mediante la Eucaristía” (CTI, n. 54).
§ Gracias
al Espíritu Santo, “La gracia salvífica de la participación al misterio pascual
de Cristo reconfigura la Imago Dei según el modelo de la Imago
Christi(…). En tal sentido la existencia cotidiana del hombre es definida como
un esfuerzo de siempre más plena conformación a la imagen de Cristo, buscando
de dedicar la propia vida al combate por llegar a la victoria final de Cristo
en el mundo” (CTI, n. 56). Por tanto nosotros llegamos a ser plenamente imagen
de Dios por medio de la participación en la vida divina de Cristo.
¿En qué
modo Cristo es el modelo de cada hombre en el vivir a imagen de Dios?
Cristo
es el modelo para el hombre en el vivir a imagen de Dios, en el sentido que:
§ la
imagen originaria del hombre, que a su vez representa la imagen de Dios, es
Cristo, y el hombre es creado a partir de la imagen de Cristo, a imagen suya.
La criatura humana es al mismo tiempo proyecto preliminar en vista de Cristo, o
bien: Cristo es la imagen perfecta y fundamental del Creador, y Dios forma al
hombre precisamente en vista de El, de su Hijo;
§ las
posibilidades que Cristo abre al hombre no significan la supresión de la
realidad del hombre en cuanto criatura, sino su transformación y realización
según la imagen perfecta del Hijo;
§ al mismo
tiempo, existe una tensión entre ocultamiento y futura manifestación de la
imagen de Dios: podemos aplicar aquí la palabra de la primera carta de Juan:
“nosotros desde ya somos hijos de Dios, pero lo que seremos no ha sido todavía
revelado” (1 Jn 3, 2).
Todos los seres humanos desde ya somos imagen de Dios –a imagen de Cristo, aunque todavía no sea manifiesto lo que llegarán a ser sobretodo al fin de los tiempos, cuando el Señor Jesús vendrá sobre las nubes del cielo, para que Dios “sea todo en todos” (1 Cor 15, 28). La Imago Dei puede ser por tanto considerada, en un sentido real, todavía en devenir (su carácter dinámico);
Todos los seres humanos desde ya somos imagen de Dios –a imagen de Cristo, aunque todavía no sea manifiesto lo que llegarán a ser sobretodo al fin de los tiempos, cuando el Señor Jesús vendrá sobre las nubes del cielo, para que Dios “sea todo en todos” (1 Cor 15, 28). La Imago Dei puede ser por tanto considerada, en un sentido real, todavía en devenir (su carácter dinámico);
§ Nuestra
conformación a la imagen de Cristo se cumple por tanto perfectamente solamente
en nuestra resurrección al final de los tiempos, en la cual Cristo nos ha
precedido y ha ya asociado a sí a su Madre, María Santísima.
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