CONTENIDO GENERALES DE LAS
ENCICLICAS SOCIALES
A continuación presentamos en forma
muy general el temario que cada una de las Encíclicas presenta, enfatizando
aquello que será propio de cada una.
a) “RERUM NOVARUM”: En el contexto
del cambio social que trae consigo el paso de una sociedad artesanal a una
sociedad industrial, la Encíclica fija su atención en el hombre, en su
condición del “obrero” y todo lo que dice relación con él. Presenta las
soluciones o “remedios” que ofrece el socialismo; los critica, y enseguida
presenta las soluciones que ofrece la Iglesia, los llama “remedios divinos”
(las orientaciones y doctrina católica) y los “remedios humanos” (algunas recomendaciones
prácticas).
Hace un recorrido por los siguientes
asuntos: Capital y Trabajo, la Justicia y la Caridad, la Tarea del Estado y de
los Empresarios y las Asociaciones Obreras.
b) “QUADRAGESSIMO ANNO”: Es una
prolongación y profundización de los temas abordados en la “Rerum Novarum”.
Aparecen algunas novedades, como por ejemplo, una critica fundamentada al
Capitalismo, la Propiedad Privada, el Salario Justo y un cuestionamiento a las diversas
formas de socialismo que comienzan a aparecer. Se observa en ella una mayor elaboración
de la doctrina social, gracias a que se afianza la sociedad industrial y
aparecen con mayor claridad sus beneficios y sus desventajas, particularmente,
para los proletarios.
c) “MATER ET MAGISTRA”: Estamos
frente a un mundo que ha entrado, gracias a la ciencia y a la tecnología (la
automatización), en un proceso de cambios acelerados que afecta a todo hombre y
a todos los hombres y pueblos. Por lo tanto los problemas socio-políticos
–económicos y culturales tienen proyecciones universales. Dado que todo se hace
muy complejo en las relaciones sociales. Juan XXIII propone cosas novedosas:
promover la iniciativa privada en la producción, el papel subsidiario del
Estado y vigilancia en orden al bien común, la presencia y participación del
obrero en las empresas, las condiciones para el salario justo. Tres preocupaciones
resultan propias de esta Encíclica: las relaciones internacionales y la mutua dependencia
de los pueblos, el desarrollo de la empresa agrícola y la preocupación por la explosión
demográfica.
d) “PACEM IN TERRIS”: Podría decirse
que esta Encíclica es nuestra Carta Fundamental de los Derechos Humanos y un
Trato de Derecho Internacional, porque propone la ordenación de las relaciones
civiles, la ordenación de las relaciones políticas, la ordenación de las
relaciones internacionales y mundiales y fija algunos principios que orienten
la participación de los cristianos en estos campos. Toda esta Carta Papal tiene
su marco en la Paz y la Justicia en el mundo.
e) “POPULORUM PROGRESSIO”: En
continuidad con Juan XXIII, Pablo VI en esta Encíclica, ofrece una reflexión
humanista de los diversos ámbitos que se relacionan con el Desarrollo del hombre
y de los pueblos. El acuña algunas afirmaciones de gran profundidad y novedad:
el Desarrollo autentico debe ser un “desarrollo integral del hombre”, la
cooperación en el desarrollo entre los pueblos debe ser un “desarrollo
solidario de la humanidad”, los bienes de la tierra deben tener un “destino
universal”, la Propiedad Privada no debe ser un derecho incondicional y
absoluto, el bien común exige a veces la expropiación, desarrollar los pueblos
es desarrollar y capacitar a su gente, por ultimo, critica asiduamente el
consumismo (“lo superfluo”), los nacionalismos, el racismo y las diversas
manifestaciones de imperialismo (económicos, culturales e ideológicos).
f) “OCTOGESSIMA ADVENIENS”: Los
desafíos que enfrenta el cristiano en un mundo tan complejo, llevó al Papa
Pablo VI a proponer algunas orientaciones que iluminen las diversas opciones
del cristiano laico. Aparece en ella un listado de nuevos problemas en el mundo
moderno: urbanización, la mujer, la discriminación, la emigración, la cesantía,
el medio ambiente; una visión acerca de las diversas corrientes ideológicas
(socialismo, liberalismo, seguridad nacional), el cristiano ante los nuevos
problemas. Es esta Carta Apostólica un buen tratado y guía para la acción
político-social del cristiano.
g) “LABOREM EXERCENS”: Como ninguna
otra Encíclica, esta centra su reflexión en un tema definido, único y concreto:
el Trabajo. Es de los temas más recurrente en la doctrina social de la Iglesia.
Sus temas son: el Trabajo y el Hombre (sujeto y técnica), los conflictos sobre
el Trabajo y Capital (visión critica de las ideologías, al respecto), los
derechos de los hombres del trabajo (obreros y empresarios), para terminar con
la “Espiritualidad del Trabajo”. Hay que hacer notar que Juan Pablo II es el
primer Papa que en sus encíclicas sociales dedica una reflexión especial de
carácter teológico-espiritual acerca de los temas sociales. Esta Encíclica
ofrece un tratado acerca del Trabajo, como síntesis de todo lo dicho
anteriormente, en las diversos pronunciamientos pontificios.
h) “SOLICITUDO REI SOCIALIS”: Esta
Encíclica es un homenaje y una evaluación de la “Populorum Progressio”. Juan
Pablo II hace una evaluación más bien critica, indicando un cierto retroceso,
respecto de las esperanzas y expectativa que tuvo Pablo VI del proceso de desarrollo
en el que el mundo de entonces se movía. Hoy se han intensificado los problemas
y se han agudizado las distancias y separaciones entre los pueblos e, incluso,
al interior de los mismos países ricos. Retoma la idea de “desarrollo integral”
para resaltar nuevos aspectos, como por ejemplo, decir que el desarrollo junto
con tocar todos los aspectos del hombre, debería también afianzar al hombre en
su dominio de lo creado y manejar los bienes con “vocación de inmortalidad”.
Como en su anterior documento social, este Papa dedica un apartado que titula “una
lectura teológica de los problemas modernos” en el que denuncia la existencia
en el mundo las “estructuras sociales de pecado”, que se debe superar, sin
eludir su complejidad “ni por pereza, miedo y encubrimiento, por complicidad
solapada o por indiferencia,(tampoco) por la presunta imposibilidad de cambiar
el mundo (o por) eludir la fatiga y el sacrificio, alegando supuestas razones
de orden superior”.
i) “CENTESIMUS ANNUS”: Este
documento pontificio es también, un homenaje y una evaluación opuesta al día de
la Encíclica “Rerum Novarum”. Dedica una especial preocupación a la caída de
los regímenes opresores de corte comunista y a la crisis económica y moral que
trae consigo el “capitalismo salvaje” y sus correspondientes ideologías. Vuelve
a retomar el tema de la Propiedad Privada en función al bien universal de los
bienes, habla de una nueva propiedad privada: El conocimiento, la técnica y el
saber; y de un nuevo capital, el hombre. Una fuerte critica al comunismo y la
preocupación por la ecología. Promueve una nueva concepción de Cultura: de las
naciones, del trabajo, de la solidaridad, de la vida, en contraposición a la
cultura que engendra los sistemas ideológicos comunistas, capitalistas y
nacionalistas. Finalmente la tarea subsidiaria del Estado de cara a una
preocupación por el bien común y particularmente por los pobres